SOLIDU: un camino arduo hacia los champús sólidos

Vaiva Žvirblytė, fundadora de SOLIDU, es una pionera: sus barras de champú son naturales, sin residuos e incluso aptas para lavarse el cabello en un río. Esta es la historia de una millennial que viajó como mochilera por Asia solo para convertirse en una pionera en los cosméticos sólidos lituanos.

Vaiva es una exploradora neta, por lo que nunca tuvo problemas con el desarraigo. Antes de iniciar SOLIDU, vivió en Shanghái por 7 años, trabajando como traductora de chino. Eventualmente, decidió regresar a Lituania porque no podía manejar el smog y la contaminación.

Ella siempre refiere que un día en Shanghái es lo mismo que fumarse dos paquetes de cigarrillos y añade que “En Lituania no vemos basura porque no hay mucha gente. Los contenedores de basura están escondidos. Pero es una historia completamente diferente, con 26 millones viviendo en una ciudad. Es imposible ignorar el hedor. Me hizo abrir los ojos a lo que es importante en la vida y en los negocios”.

Una inspiración asiática

Antes de salir de China, Vaiva hizo un largo viaje como mochilera por Asia durante el cual consolidó sus creencias sobre una vida limpia y minimalista. Viajar ligero significaba tener en cuenta sus posesiones. Por lo tanto, los champús, los jabones y los acondicionadores se sintieron superfluos, como un derroche, y los derrames ocasionales en las mochilas tampoco ayudaron mucho. 

Todo cambió al descubrir una alternativa: el champú sólido. El favorito de los mochileros, viene en tamaños aptos para viajes, a menudo parecidos a pequeñas rocas. Vaiva cree que es un artículo insustituible, especialmente cuando se acampa al aire libre. Las barras de champú sólidas son más que todo naturales, por lo que son excelentes para un lavado de cabello de emergencia. “Lo he hecho muchas veces. Solo no lo conviertas en un hábito. Es mejor dejar la naturaleza intacta”, Vaiva dice sonriendo.

Un negocio ha nacido

De regreso en Lituania, Vaiva se embarcó en una juerga de experimentación: comenzó a mezclar, cocinar e investigar fórmulas de champú en su cocina, un laboratorio improvisado. Se convirtió en el lugar de nacimiento de sus primeros champús sólidos y se hizo popular entre familiares y amigos. Vaiva sabía que estaba logrando algo.

Después de un corto tiempo de trabajo en Deeper, una empresa emergente de tecnología lituana, Vaiva decidió que era hora de tener su propio negocio. “Algunas personas trabajan de 9 a 5 y hacen negocios aparte. Pero yo no. Dediqué todo mi tiempo a desarrollar mi negocio. ¡Claro que daba miedo! Siempre da miedo entregar el alma a una idea. ¿Qué pasa si otros no lo entienden ni lo aceptan? ¿Qué pasa si fracasas?”

Vaiva tenía miedo porque pensaba que los lituanos desconocían los champús sólidos. Al principio, tenía que promocionar sus productos en ferias y eventos callejeros, tratando de convencer a la gente y regalando muestras. 

2018 fue un comienzo difícil. Ahora SOLIDU se ha convertido en un fabricante de cosméticos establecido, con un químico profesional y un pequeño equipo que trabaja en producción, marketing, ventas y diseño. 

Sin desperdicios y con orgullo

SOLIDU es más que solo generar ganancias. Los empleados de la empresa son muy conscientes de que su producto se obtiene de manera ética, por lo que existe una actitud genuina de sentirse bien al hacer champús con nombres extravagantes como “Grandma Said” y “Rock Your Body”. 

La cosmética natural existe desde hace miles de años, remontándose a civilizaciones antiguas. A principios de la década de 1900, comenzó el cambio hacia la producción masiva de cuidado del cabello: los ingredientes naturales fueron reemplazados por contrapartes sintéticas más baratas. El champú hecho en fábrica alcanzó su punto máximo en la década de 1950 con la introducción de botellas de plástico asequibles. 

En 2022, tenemos un problema: 550 millones de botellas de champú vacías se desechan cada año únicamente en los Estados Unidos. Reino Unido no se queda atrás con sus 520 millones. 

A diferencia de la mayoría de los cosméticos que contienen un 80% de agua, SOLIDU no contiene nada en sus productos. Por lo tanto, el uso exclusivo de ingredientes sólidos naturales contribuye a reducir las necesidades de envasado y transporte. La filosofía de bajo desperdicio de SOLIDU se inmortaliza en su característica más innovadora: envases biodegradables, que se pueden utilizar como fertilizante. 

En un mundo de producción en masa, los cosméticos sólidos son una rareza exótica más conocida en las regiones del Medio y Lejano Oriente. Si bien Vaiva no es responsable de la reintroducción de champús sólidos en Occidente, se la celebra como pionera, educadora y defensora de estilos de vida alternativos, lo que la convierte en una figura importante en el movimiento de cero desperdicio. 

En conclusión…

Vaiva está demasiado feliz de que sus productos hechos en Lituania también hayan encontrado un mercado en Asia. “Nuestra última incorporación es Kuwait. También hemos visto nuestros productos en lugares como Hong Kong. Se siente genial cuando su amado producto se destaca con orgullo en lugares exóticos en los que nunca ha estado, archivado para que lo vean millones de personas. Es como decirle a tu hijo que se vaya a una aventura”.

El enfoque de regreso a las raíces de Vaiva está ganando terreno rápidamente en todo el mundo. Con 21 países en su lista de clientes, SOLIDU sueña con expandirse a los Estados Unidos y Europa Occidental. Una buena presencia en Internet es crucial para lograr estos objetivos: según Vaiva, el 80% de las ventas del primer año provinieron del sitio web, por lo que siente que Hostinger ha ayudado bastante a su éxito inicial. 

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